Este año 2022 tan especial ha sido también testigo del nacimiento del Observatorio del Trabajo Informático. Oficialmente constituído durante los días 9, 10 y 11 de septiembre, en el marco del Congreso Nacional de AGC, lo cierto es que el OTI venía existiendo, aún en estado embrionario, desde principios de año.

El OTI tiene como objetivo principal fungir como una herramienta de información precisa para los trabajadores del sector así como un insumo para la elaboración de políticas estatales que tengan como único e innegociable norte la soberanía informática. También creemos que es preciso que cada ciudadano preocupado por la marcha de nuestro país conozca la realidad profunda de un sector tan críticamente estratégico para el presente y el futuro común. Es precisamente la falta de datos, índices y cifras objetivas así como la importancia que estos elementos reportan para la elaboración de diagnósticos y políticas adecuadas, la motivación principal para la creación de esta herramienta.

En los últimos 30 años la industria informática argentina ha transitado por dos períodos bien diferenciados. En la década del 90 se sentaron las bases y la infraestructura que permitió aprovechar las condiciones existentes para un primer desarrollo del sector informático en términos de industria, mayormente protagonizado por PyMES y unas pocas grandes empresas que ya se encontraban operando en el país.
En ese contexto, y ante la fusión de la Cámara de Empresas de Software (CES) y la Cámara Empresaria de Servicios de Computación (CASCO) nació en 1990 la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI). En esa misma época, las y los trabajadores comenzamos a organizarnos ante la falta de representación sindical con la especificidad necesaria de un sector nuevo y pujante, por lo que en 1992 se creó la Asociación Gremial de Computación (AGC), en ese momento llamada AGComRa.
Esa década transcurrió con grandes novedades que comenzaron con los primeros navegadores y buscadores web, hasta el nacimiento de las primeras puntocom argentinas, justo antes del primer gran quiebre histórico marcado por la muerte del mito Y2K y la inmediata explosión global de la burbuja de las mencionadas puntocom.

A partir de allí, y atravesando la profunda crisis socioeconómica del 2001, nació una nueva etapa de desarrollo sectorial que se ha extendido hasta el día de hoy. Si hubiera que elegir una fecha fundante, esa fue el año 2004 cuando, a instancias del Estado, las empresas y la academia, se implementara la Ley de Promoción de la Industria del Software, que ha logrado un formidable e ininterrumpido impulso, contando con un consenso poco frecuente entre todas las fuerzas políticas. Así, la industria informática argentina ha experimentado un importante y perdurable crecimiento sostenido en el tiempo.
Este es un hecho sin dudas encomiable: un primer paso para conformar una industria fuerte y facilitar la formación del ecosistema del sector TI en la Argentina, que ha mostrado un notorio éxito, incluso a nivel regional.
Nótese que, a pesar de estar presentes desde los comienzos, no se ha incluido la voz de los trabajadores en la toma de decisiones, ni para el desarrollo sectorial, ni para la formación profesional de los verdaderos portadores del conocimiento, ni para el curado, confección, procesamiento y análisis de información del sector informático, en el cual los trabajadores ocupamos un lugar protagónico, o más bien, central.

Con el fin de realizar un aporte al sector, tanto como representantes de los trabajadores, así como actores de la industria, el OTI se plantea los siguientes objetivos:

-Realizar un relevamiento exhaustivo de la actualidad de la industria
-Medir el impacto real de las acciones de formación vigentes para el diseño e implementación de nuevas estrategias innovadoras centradas en el desarrollo personal de las y los trabajadores y abandonar la mirada de los trabajadores como “recursos” o “talentos”
-Brindar datos estadísticos abiertos y anonimizados permitiendo optimizar la inversión pública con un correcto direccionamiento de recursos y evitando la dilapidación de recursos, como así también aportando la información necesaria para la toma de decisiones estratégicas de cara al futuro
-Generar los ámbitos de discusión y propuestas para resolver problemas como la “fuga de talentos” en manos de empresas radicadas en el exterior, o peor aún, en guaridas fiscales, que impactan negativamente en toda la cadena de valor local

Con ese norte y todo ese trabajo por delante, el Observatorio del Trabajo Informático publicará informes regularmente que sirvan como insumo tanto para el sector privado como para el diseño de políticas públicas, pero también como herramienta para la curiosidad de cualquiera que esté interesado en conocer la realidad, el desarrollo, el funcionamiento y el futuro de la informática argentina. En el transcurso del año, hemos elaborado dos informes: uno publicado en mayo y otro en el mes de julio, que pueden consultar.
Los invitamos a seguir nuestro trabajo en nuestras redes sociales y a enviar sugerencias, opiniones y aportes en los canales correspondientes de comunicación.

Esteban Sargiotto

Director del OTI