La lealtad a las convicciones y la coherencia en los hechos dan como resultado logros como éste que no es ni más ni menos que entregar la llave de un futuro mejor.

En los grandes centros urbanos se da el fenómeno de viviendas vacías al alcance de pocos. Al unísono, la inflación y los costos de la construcción como también la dificultad del acceso a la tierra tiñen la aspiración a la casa propia en una misión casi imposible. Ante este fenómeno se requiere la intervención del Estado en todos sus niveles, pero también la interacción de otros actores que contribuyan a morigerar el déficit habitacional. Los sindicatos no son ajenos a ello sino que por el contrario deben trabajar de manera conjunta para revertir esta tendencia.

La importancia del techo como símbolo de dignidad a los trabajadores y trabajadoras es una de las políticas gremiales más importantes que hemos heredado de la Doctrina Peronista.

Las organizaciones gremiales deben recuperar su protagonismo de antaño a la hora de acompañar al trabajador en la iniciativa de la casa propia, hecho que supo ser moneda corriente en la historia sindical de nuestro país.

Un rol central

A modo de reivindicación histórica y recuperando ese rol central en la materia, la Regional Chaco de AGC en un trabajo conjunto con el Estado Provincial a través del Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y de Vivienda (IPDUV) -que depende de la gestión del Gdor. Jorge Capitanich-, y la Regional Chaco de la CGT -conducida por el binomio Adrián Bellomi (ATSA) e Isaías Alegre (Camioneros)-, se logró el otorgamiento de una vivienda a la afiliada (Rosana Rodríguez) en el marco del plan habitacional que viene concretándose en la provincia.

Este caso particular reivindica el rol del sindicato como puente “para llegar a casa” y reinaugurar una tendencia que parecía perdida en los avatares de la historia.

En este sentido, entre los objetivos de nuestra organización sindical buscamos continuar traccionando este tipo de coordinación intersectorial multipartita para facilitar el acceso al crédito y a programas habitacionales como el Plan ProCreAr o similares con el aval del gremio al cual pertenece y contribuye cada trabajador.

Esto muestra a todas luces los resultados de organizarse de forma colectiva y poner a trabajar distintos sectores como el público, el privado, el gremial y todo el que sea necesario para realizar acciones concretas, como así también un elemento imprescindible que es la organización gremial dentro de las empresas sin dejar de mencionar que el sindicato es el nexo aglutinante entre todos estos actores.

Un rotundo cambio  de vida

Todos estos aspectos se reflejan en un hecho: cómo le cambia la vida a quien a través del trabajo y la representación a través del gremio y de la gestión conjunta logra acceder a su propia vivienda y desarrollar su vida, la crianza de su familia y su cotidianidad bajo la protección y la seguridad que brinda el techo propio.

Nuevamente, y como se mencionó líneas arriba, el acceso a la vivienda se ha convertido en una meta lejana para las familias argentinas y los trabajadores. La falta de acceso, el incremento de los alquileres, o peor, la indisponibilidad de éstos a la hora de buscar, representan un fuerte motivo de angustia e incertidumbre para los trabajadores.

Todo esfuerzo coordinado suma, y así como hoy esta entrega de una casa resuelve varios de aspectos mencionados en la vida de la beneficiaria, marca el rumbo a seguir en materia habitacional para mejorar otras vidas y también devolver a las organizaciones sindicales al centro de la escena en una materia que quedó postergada y hoy vuelve a cumplirse: el sueño de la casa propia.